En Cartuja Qanat, juega un papel decisivo la innovación social. Una innovación con un enfoque sistémico, que pretende aglutinar todos los puntos de vista y disciplinas necesarias para un desarrollo sostenible. En esta entrevista con David Pino, director de Innovación Social y Economía Social del Ayuntamiento de Sevilla, conocemos los pormenores de este enfoque, así como algunos aspectos especialmente relevantes del proyecto, como el hecho de que Cartuja Qanat albergará el primer laboratorio ciudadano de Andalucía.
¿Qué implicaciones tiene Cartuja Qanat desde la perspectiva de la innovación?
Para entender el proyecto hay primero hay que situarlo en el marco de la iniciativa europea en la que se está desarrollando y que financia el 80% de las inversiones. La UIA (Urban Innovative Actions) persigue encontrar y probar soluciones nuevas para problemas relativos al desarrollo urbano sostenible que resulten relevantes para el conjunto de la Unión europea. Poner a prueba ideas audaces que no se hayan probado hasta el momento para hacer frente a desafíos conectados y estudiar cómo responden esas ideas ante la complejidad de la vida real; dar un paso más allá de «proyectos normales» arriesgarse a convertir ideas creativas y ambiciosas en prototipos que puedan probarse en entornos reales urbanos a condición de que sean muy innovadores y experimentales. Los proyectos serán innovadores, de alta calidad, diseñados y desarrollados con la participación de partes interesadas clave, orientados a los resultados y transferibles.
Para dar respuesta a estas premisas y salir seleccionados entre las ciudades más importantes de Europa, Sevilla planteó un proyecto basado en la lucha contra la isla de calor y el fomento de la resiliencia urbana desde todas las perspectivas a través de una experiencia piloto que consiste en la recuperación de un espacio público infrautilizado mediante una serie de innovaciones sociales, culturales, tecnológicas, científicas, de materiales y de procesos para conseguir en un espacio abierto, externo y publico reducir la temperatura de forma significativa ( sin el uso de energía externa al sistema y sin ningún proceso contaminante). Esta bajada significativa de temperatura debe posibilitar disfrutar del espacio con confort ambiental suficiente para dar así viabilidad presente y futura a la cultura de “vivir la calle” característica de los pueblos mediterráneos.
El objetivo ya es pionero, disruptivo e innovador por sí mismo, se ha avanzado mucho en la gestión de la confortabilidad climática de espacios y edificios cerrados, pero no así en espacios abiertos y públicos, incidiendo por tanto también en la necesidad de innovar en la gobernanza de la convivencia en los mismos.
¿Cómo se articularán todas estas innovaciones?
A modo de metáfora diremos que la construcción de este proyecto se estructura a través de tres columnas y una serie de vigas.
Las columnas que sostienen el proyecto son tres: primera, el alineamiento estratégico a nivel local, regional, nacional, europeo e internacional; segunda, una fórmula de desarrollo urbano sostenible, que se enuncia de la siguiente manera: (Innovación social + innovación tecnológica+ territorio)* Emoción; y tercera, conciliación de lo aparentemente contradictorio, la modernidad con la tradición, lo informal con lo formal, la eficacia y la participación, innovación disruptiva y la seguridad jurídica, la investigación y la acción, nuevos emprendimientos y seguridad laboral, diversidad de actores y roles con maximización de sinergias de convivencia y resultados. Y las vigas que dan techo y cobertura son la Innovación en todas las fases del proyecto. Ello implica el diseño, la construcción, la gestión y gobernanza del espacio resultante, las actividades y usos a desarrollar y por último la evaluación y la replicabilidad de todos y cada uno de los avances del proyecto.
¿Cómo pretende Cartuja Qanat contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas?
Este proyecto está totalmente alineado con el Plan Estratégico de la ciudad, que a su vez ya está alineado con todas las estrategias supralocales. Las distintas líneas de actividades de Cartuja Qanat están diseñadas para colaborar en el cumplimiento de los seis objetivos estratégicos de la ciudad a través de impacto en al menos veintidós de la estrategias operativas del Plan. A su vez, el Plan Estratégico de la ciudad de Sevilla está totalmente orientado a la “localización de los ODS”, por lo que cada estrategia operativa identifica sobre qué objetivo incide. De este modo, si colaboramos en el cumplimiento de nuestras estrategias locales, estamos contribuyendo al cumplimientos de los ODS.
Aunque desde el punto de vista de la Innovación Social el objetivo 17 (“Alianzas colaborativas para los ODS”) puede parecer el más evidente, Cartuja Qanat pretende impactar en la mayoría de los ODS. Así, por ejemplo, el Objetivo 1 de los ODS apunta a la generación de empleo y desarrollo económico, y en este ámbito pretendemos ampliar y modernizar el tejido productivo sevillano, la promoción económica y de la identidad industrial metropolitana y el impulso de la actividad productiva basada en recursos locales; el objetivo número cuatro plantea desarrollar la gobernanza y la participación ciudadana, y con Cartuja Qanat nos proponemos la planificación en función de objetivos, la participación ciudadana permanente y contribuir a una ‘Sevilla Smart Community’. Así ocurre en muchos otros ODS, a los que está claro que Cartuja Qanat contribuye.
Hablaba antes de la fórmula (Innovación social + innovación tecnológica+ territorio)* Emoción. ¿Podría desarrollar esta idea?
Este proyecto se ha diseñado desde un enfoque sistémico, que pretende aglutinar todos los puntos de vista y disciplinas necesarias para un desarrollo sostenible, pero intento explicar por separado cada uno de los factores que conforman la formula.
Uno de los factores claves para que el proyecto Cartuja Qanat fuera seleccionado por el órgano administrador de la UIA fueron las propuestas (algunas pioneras en Europa) desde el punto de vista de la innovación social, que son más de una veintena.
Estas propuestas van desde la gobernanza al urbanismo, incluyendo metodologías de planificación, de evaluación, de control, de democratización, de diseño, de emprendimiento, de formación etc. La clave que encuadra todas estas innovaciones es la participación de todos los actores claves en la sociedad sevillana. Participar para nosotros va mucho más allá de “formar parte de”. El verdadero significado ha de ser “tomar parte en”. La innovación social se define como “toda aquella solución novedosa a un problema social que sea más eficaz, eficiente, sostenible, o simplemente justa que las soluciones actuales, y cuya aportación de valor se dirija a los intereses de la Sociedad en su conjunto y no a los intereses particulares”. En este marco, ha sido innovadora la configuración de un sistema de cooperación de un partenariado público-privado multidisciplinar, que es el que conforman los socios del proyecto.
Desde el punto de vista de la intervención en el espacio público, se articulan en las propuestas de nuevos enfoques metodológicos: urbanismo participativo, urbanismo táctico, urbanismo adaptativo (estamos recuperando un espacio infrautilizado y revitalizando una zona del parque tecnológico), y, sobre todo, el Placemaking, que viene a ser gran parte de la esencia del proyecto. La traducción literal de este último término es “hacer lugar” o “creación de lugar”, y aunque últimamente ha cobrado auge en diálogos en torno a la planificación, diseño y gestión de ciudades —específicamente espacios públicos—, su concepción se inició con las ideas de Jane Jacobs, Jan Gehl y William H. White, en torno a “diseñar ciudades para las personas”. En resumen, cómo convertimos un sitio en un lugar. Se trata por tanto de un conjunto de metodologías y acciones diseñadas desde el territorio para impulsar el sentido de pertenencia e identidad comunitaria en torno a un espacio, generando lazos entre personas y catalizando experiencias arraigadas al sitio que transforman el imaginario colectivo. Provocan a la misma comunidad a tomar un papel activo en el proceso de creación de su propio entorno.
En el ámbito de la edificación, los enfoques de innovación social se desprenden de la aplicación de dos nuevas miradas: el concepto de patrimonio vivo (resiliente, ecoeficiente, inclusivo y participativo) y las infraestructuras sostenibles (sostenibilidad económica, financiera, social, medioambiental y también institucional)
Desde el punto de vista de los usos y la gobernanza del espacio se plantean las siguientes innovaciones sociales: en primer lugar, se desarrollará el primer laboratorio ciudadano de Andalucía, en este caso especializado en todos los ámbitos relacionados con la lucha contra el cambio climático y las ciudades sostenibles. En segundo lugar, se impulsará un nuevo concepto de tecno incubadora-lanzadera-aceleradora de emprendimientos relacionados con la economía verde y digital.
Esta nueva incubadora de emprendimientos sostenibles se basará en dos líneas: emprendimiento con apoyo y “contrato” en prácticas de emprendimiento para minimizar el riesgo de los emprendedores en estos campos.
Para poder divulgar y facilitar la replicabilidad y mejora de todos los productos, servicios, metodologías, que nazcan del ecosistema de Cartuja Qanat, se impulsara un moderno zoco de la sostenibilidad, donde además de un espacio libre de usos múltiples se generarán exposiciones, muestras y ferias comerciales y científicas. Y donde además se testarán todos los avances de la ingeniería que operan en el propio espacio.
El rediseño del espacio correspondiente al anfiteatro permitirá innovar en todos los ámbitos de la formación, la educación y la divulgación desde una relación distinta. Se trata de crear nuevos espacios del conocimiento para la transformación social, desde la hibridación de la presencialidad y lo online, y el uso formativo de los espacios abiertos tan necesario en esta nueva época vinculada al COVID.
Estos tres ámbitos, el laboratorio, el zoco y la incubadora, se pretende que se dinamicen y gestionen a través de la primera cooperativa de servicios públicos de Europa.
Este instrumento de gobernanza democrática público-privada-ciudadana se basará en la legislación cooperativa andaluza y dará soporte organizativo-jurídico a las nuevas formas de cooperativas paraguas, cooperativas de plataforma y cooperativas de emprendedores o de impulso social, siempre con la experimentación de las metodologías de Gobierno Abierto y Buen Gobierno.
Por último, sin salirnos de la innovación social, se contempla el diseño de nuevas herramientas de evaluación del impacto social y guías de replicabilidad y escalabilidad, para poder llevar al resto de la ciudad y a otras ciudades los resultados positivos de la experimentación y prototipación.
El concepto que sirve de paraguas a la futura sostenibilidad de este espacio será la experimentación sobre derechos de cuidado urbano, que, además de explorar nuevas formas de financiar el mantenimiento de las ciudades, sobre todo exploraremos todo lo que se refiere la corresponsabilidad del cuidado y mantenimiento del espacio público. Si abrimos a la posibilidad de máxima participación en la Cocreación de la ciudad como derecho, debemos en el otro plato de la balanza trabajar la responsabilidad colectiva de su cocuidado.
¿Cómo se articulan los otros tres factores de la ya mencionada fórmula de desarrollo?
Si en la parte de innovación social hemos descrito al menos veintidós líneas de experimentación, en la parte de Innovación Tecnológica (desde los equipos de Innovarcilla, la Universidad de Sevilla, Instituto Eduardo Torroja-CSIC y Emasesa), se implementarán más de treinta nuevas soluciones, en ámbitos tales como el control solar, el confinamiento activo, el enfriamiento de superficies, el enfriamiento del aire y del agua o la producción de energía y su almacenamiento.
Desde el punto de vista del territorio, uno de los objetivos operativos del proyecto es el diseño y desarrollo de una Smart Community, que se define como un entorno geográfico reducido en el que los diferentes agentes que lo componen (empresariales, sociales, académicos, institucionales, etc.) participan en la definición e implementación de acciones y proyectos directamente vinculados a los retos de la comunidad y que, movidos por el interés de mejorar la prosperidad de la misma, avanzan en una senda equilibrada entre el desarrollo económico, social y del entorno. Así concebida, la Smart Community se convierte en el espacio en el que el ciudadano toma conciencia de que la ciudad, sus infraestructuras y servicios, son realmente suyos, potenciando la responsabilidad colectiva en su uso y facilitando la capacidad de proponer mejoras o adaptaciones a las necesidades reales de la comunidad. La Smart Community es un espacio accesible, un espacio de innovación social abierta y colaborativa donde la tecnología se funde con el ciudadano que la habita. Es la unidad básica de lo que después debería ser una Smart City.
Cartuja Qanat intentará desarrollar a través de una especialización inteligente local que, teniendo como eje fundamental a la Smart Community, se apoyará en el marco de un cóctel de tres tipos de estrategias: una estrategia basada en DAFO, que nos llevaá a la búsqueda de ventajas competitivas ligadas a activos endógenos fruto de un mejor conocimiento y de los problemas y necesidades de nuestra comunidad; una estrategia basada en la participación local a través de una Gobernanza participativa que nos posibilitará una mayor capacidad de movilización de los recursos; y una estrategia basada en resultados a través de la elección de proyectos tractores ilusionantes creadores de empleo y bienestar, que nos darán un mayor sentido de pertenencia y pertinencia. Desde estas estrategias se pretenden contribuir a que Sevilla se pueda considerar un territorio socialmente responsable.
Por último, y como activo multiplicante en toda la ecuación, está el factor emocional de los protagonistas, que tiene que ver con la correcta aplicación de los dos últimos factores estratégicos mencionados (proyectos ilusionantes y pertinentes que creen sentido de pertenencia), al que sumaremos toda una visión de diversidad y accesibilidad universal y de perspectiva de género.
Cartuja Qanat se basa en una identidad colectiva de proyecto, es decir, una iniciativa tan ambiciosa que nadie se atreva a acometerla en solitario y tan atractiva que todo el mundo no pueda resistir la tentación de participar. Activamos, por tanto, las cuatro “P” para la reactivación de las ciudades: Personas, Plataformas, Procesos y Pasión.
Cartuja Qanat se desarrollará a través de un innovador sistema de gobernanza público-privada- ciudadana, con un fuerte componente innovador. ¿En qué modelos se inspira este sistema? ¿Puede señalarnos algunas experiencias de éxito en este ámbito?
La herramienta jurídica que permita la óptima gobernanza de esta iniciativa, dando respuesta a las premisas básicas del sistema y su filosofía, debe cumplir además una serie de características operativas que permitan gestionar el espacio público que nos ocupa. Debe ser innovadora y disruptiva y a ser posible pionera. Debe poder albergar la máxima diversidad de actores, dando respuesta a la exigencia de Gobernanza publica, privada, ciudadana, Por tanto, podrán ser socios/as de esta entidad, empresas, universidades, instituciones públicas, entidades del tercer sector, centros de investigación, estudiantes y ciudadanos en general. Regirá un principio de puertas abiertas y la no existencia de barreras para la participación de todos y cada uno de ellos. Debe también posibilitar el mayor número de actividades posibles, desde un laboratorio ciudadano, a una incubadora-aceleradora de emprendimientos relacionados con las técnicas -productos aplicados en el espacio, así como un zoco de encuentro comercial y de exposición, y un mini anfiteatro para la educación, la formación y la cultura. Todo ello desde la posibilidad de un gobierno abierto y democrático, de corresponsabilidad compartida que permita la innovación abierta y una alta profesionalización sin la necesaria mercantilización de la herramienta.
Por ello, buscamos una fórmula jurídica que sea una empresa (profesionalización) a la vez sin ánimo de lucro (bien común no mercantilización) y que a la vez sea sostenible, con apenas estructura y con el menor peso posible de los procesos administrativos burocráticos. Además, una fórmula que desde la máxima seguridad jurídica pueda adaptarse a todas las exigencias presentes y futuras del sistema.
La elección se encuentra entre las denominadas cooperativas 4.0 o cooperativas de plataforma. Aprovechando que contamos con una de las leyes más innovadoras de cooperativas del mundo como es la andaluza, planteamos una verdadera nueva arquitectura de organización basada en la suma de la innovación social y la innovación tecnológica. El modelo sería la suma de dos tipos de cooperativas, las cooperativas de servicios públicos (de gran tradición y éxito en América y Asia) más las cooperativas de impulso (adaptación andaluza de las cooperativas de actividad y empleo de Francia y Bélgica), todo ello aprovechando las nuevas oportunidades de la economía digital.
La regulación de las cooperativas de servicios públicos por parte de la Ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas no supone una novedad en el ámbito legislativo español. No en vano, otras legislaciones de cooperativas vigentes en España ya recogen de manera más o menos amplia la regulación de las cooperativas de servicios públicos.
En el panorama jurídico internacional la cooperativa de servicios públicos constituye una modalidad tremendamente asentada, sobre todo en Sudamérica, donde han sido verdaderas artífices del desarrollo urbano y rural, ofreciendo respuestas eficaces, eficientes y satisfactorias a distintas necesidades en diversos sectores, sin intermediarios, abaratando costes de bienes, productos y servicios, y en general mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.
No obstante, todas las legislaciones que hasta ahora han regulado las cooperativas de servicios públicos lo han hecho bajo una perspectiva estándar y tradicional, con servicios básicos para la comunidad como pueden ser cooperativas de aguas y saneamiento, telefonía, recogida de basura, abastecimiento de gas, etc.
Con la configuración que se diseña por parte de la Ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas y de su Reglamento, se persigue el desarrollo de este tipo de cooperativas manteniendo su espíritu y esencia tradicionales.
Pero haciéndolas más ambiciosas, flexibles y ágiles, acorde con la realidad social y empresarial en que nos hallamos inmersos hasta alcanzar un tipo de sociedad más moderna y progresista, en la que lo público y lo privado avanzan de la mano para dar respuesta a situaciones multisectoriales, no restringiéndose únicamente a servicios básicos o de primera necesidad.
Para finalizar, ¿qué es un laboratorio ciudadano?
Un laboratorio ciudadano es un lugar de encuentro público -en contraposición a lo privado- en el que se reúne un grupo heterogéneo de personas (en edad, sexo, formación, cultura, nivel socioeconómico…) para compartir saberes y experiencias en pro de un interés común”. Trabajan en red y participan en el diseño de ciudad, entendida como la suma de elementos diferentes: un territorio, con límites geográficos y administrativos a veces no demasiado claros; las personas que viven en ella, así como las interacciones sociales que se dan, y un modelo de ciudad que incluye la memoria colectiva, un imaginario compartido y unos valores creados en decurso del tiempo que identifican a la población como miembros de la misma comunidad y crean sentimiento de pertenencia. Esta propuesta de definición se sustenta en tres pilares: en primer término, la existencia de un lugar de encuentro público donde interactúa la ciudadanía no necesariamente de forma física sino también virtual; en segundo lugar, la creación de una comunidad heterogénea que trabaja en red, usando las TIC, en un proyecto de interés común, con estrecha vinculación a los retos y oportunidades del entorno en el que se ubica; en tercer lugar, una metodología de trabajo que incluye técnicas de mediación/facilitación y fomenta la creación de prototipos. De hecho, estos laboratorios ciudadanos tienen muchas de las cualidades propias de los laboratorios científicos, pero añadiendo cualidades humanas como la curiosidad, la resistencia al fracaso, la retroalimentación, el método del aprender haciendo. Pero la más importante de todas es la escucha activa. Como plataformas que son, deben tener las siguientes características abiertas: primero, apuestan por crear infraestructuras de conocimiento abierto; segundo, ciudadanas: cualquier persona puede integrarse, proponer ideas y trabajar con otras en una propuesta común; tercero, heterogéneas: habilitan la confluencia de saberes transdisciplinarios u oficios, la diversidad étnica, de género, etaria, social, los distintos grados de especialización (expertos, novatos) en igualdad de condiciones; cuarto, colaborativas: se promueven los procesos horizontales, la escucha, la cultura de los cuidados, se trazan objetivos abiertos y compartidos Incorporan la toma de decisión de los participantes en todos los momentos, no únicamente de producción, sino de concepción y gestión; quinto, experimentales: se trabaja desde la cultura del prototipo, el error como constitutivo del aprendizaje, y la prueba, la curiosidad, el descubrimiento como principio, la creación y la innovación como resultado; sexto, comunitarias: son arquitecturas sociales, espacios para compartir la vida en comunidad; séptimo, flexibles: dinámicos, lúdicos, ajustables a los diversos contextos de participación, con múltiples vías de entrada y salida; octavo, post-digitales: utilizan las tecnologías duras como pretextos para hackear los sistemas productivos y tecnologías blandas de colaboración, mediación y apertura para resignificarlos en común; y noveno y último, sostenibles: en armonía con el entorno, orientadas a la defensa de los bienes comunes y la consecución del buen vivir.
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