En esta entrevista, el director general del PCT Cartuja, Luis Pérez, ofrece interesantes detalles sobre el proyecto Cartuja Qanat y la manera en que el proyecto contribuirá a modificar de forma sustancial la Avenida Tomas Alva Edison, en la que se desarrolla. Y, sobre todo, a consolidar la dimensión emprendedora de la Cartuja, convirtiéndose en mucho más que un proyecto de recuperación urbana: un foco de emprendimiento para la sostenibilidad de referencia a nivel nacional.

El PCT Cartuja es el espacio en el que se desarrolla Cartuja Qanat. ¿Cómo surgió el proyecto, y la implicación del Parque?

El proyecto tiene su origen en el aprovechamiento de la red de agua bruta que existe en el subsuelo del Parque Científico y Tecnológico Cartuja (PCT Cartuja). Se trata de un sistema que se desarrolló en la Exposición Universal de 1992 para la climatización de los pabellones.

Cartuja Qanat surge como una idea de utilizar esa red ya existente para revitalizar un espacio público, pero con una idea mucho más ambiciosa, que incluyera no solo la reforma urbana, sino la creación de un laboratorio de experimentación y su puesta a disposición de empresas, estudiantes y trabajadores del Parque. Algo que entronca directamente con la misión del PCT Cartuja. Por eso, la implicación de la sociedad gestora estuvo clara desde el inicio.

¿Cuál es el alcance de la participación del PCT en el proyecto, además de acogerlo en su suelo?

Por un lado, el hecho de que el proyecto Cartuja Qanat se lleve a cabo en nuestro propio recinto nos convierte en un agente dinamizador del mismo. Somos clave en la implicación de empresas, trabajadores, estudiantes e investigadores; en definitiva, de todas las personas que de alguna manera ‘viven’ en el PCT Cartuja, para que formen parte del diseño de este espacio físico desde el principio y se involucren con su desarrollo y resultados.

Además de colaborar en el modelo de participación ciudadana y de gobernanza que dirige el Ayuntamiento de Sevilla, tenemos previsto también impulsar nuevos modelos de negocio y nuevas soluciones tecnológicas en el marco de Cartuja Qanat. Vamos a llevar a cabo un proyecto piloto de aceleración de start-ups con proyectos de empresa con el foco en la sostenibilidad, bien en gestión del agua, eficiencia energética, calidad del aire y movilidad, con mentores expertos en llevar soluciones tecnológicas al mercado.

Asimismo, queremos poner Cartuja Qanat en el mapa internacional, fomentando la colaboración con otras iniciativas del programa Urban Innovative Actions (UIA).

¿Qué beneficios podría traer Cartuja Qanat al PCT Cartuja?

Por un lado, estamos hablando de revitalizar toda una avenida, que precisamente se llamaba la Avenida del Agua en la Expo 92. Es un espacio que parcialmente estaba en desuso. Cartuja Qanat va mucho más allá de la rehabilitación: vamos a remodelar completamente esta área, creando nuevos espacios, con soluciones que van a ser punteras, igual que las soluciones tecnológicas para combatir el calor en espacios abiertos fueron pioneras hace 28 años, en la Exposición Universal. Se va a mitigar el calor en espacios públicos de forma sostenible.

Como resultado, vamos a tener un espacio de calidad para realizar conferencias, talleres, eventos culturales o incluso para teletrabajar. La ciudadanía que estudia o trabaja en el Parque va a decidir esos usos futuros.

En el área que queda libre de la plaza, queremos disponer de un espacio donde poder testar productos innovadores entre sus usuarios finales, en condiciones reales y que servirá para atraer proyectos y startups muy innovadoras, con tecnologías disruptivas, enmarcados en la sostenibilidad y alineados con los ODS. Cartuja Qanat puede ser un foco de emprendimiento para la sostenibilidad a nivel nacional.

En la dimensión participativa, muy importante en el proyecto, ¿qué papel deben jugar las empresas y trabajadores del Parque?

Queremos que todas las personas que trabajan, estudian e investigan en Cartuja se impliquen, opinen y den ideas y que vivan el espacio como propio y participen en todo el proceso. La idea es que participen del diseño de estos espacios y que, posteriormente, se impliquen también en su gobernanza, que seguirá un modelo participativo.

Es un proyecto basado en la colaboración, entre distintas entidades y a distintos niveles. El propio modelo de gestión tiene un fuerte componente innovador, ¿no? ¿Habéis participado en experiencias similares?

Es un proyecto muy innovador, que nos pide ser disruptivos y con un alto nivel de exigencia, en el buen sentido, tanto a nivel de I+D como por la implicación que se le pide a las empresas y el modelo de gobernanza que se propone.

Es un gran reto para todos los socios del proyecto, en especial para el Ayuntamiento de Sevilla, y en el que vamos a esforzarnos. Esperamos la implicación de las empresas para que sea un espacio del que podamos disfrutar todos y del que nos podamos sentir orgullosos. Por ello, animamos a la participación de todos.